⚫️🔥 La Obsidiana: Herencia Tallada en la Memoria de Nuestros Ancestros
La fotografía muestra una pieza que, aun siendo pequeña, guarda un universo de historia: una punta tallada en obsidiana, la piedra negra que nuestros pueblos originarios consideraban sagrada.
No es simplemente un objeto… es un testigo silencioso del ingenio, la fuerza y la espiritualidad de quienes caminaron antes que nosotros.
La obsidiana nace del fuego del volcán, del encuentro entre la tierra y el calor profundo de la madre naturaleza. De ahí su brillo, su energía y su carácter indomable. En las manos de un guerrero o de un artesano ancestral, esta piedra se transformaba en herramienta, en arma, en espejo espiritual, en símbolo de poder y protección.
Al observar esta punta, es fácil imaginar las manos que la tallaron hace generaciones:
golpe a golpe, fragmento a fragmento, siguiendo un conocimiento transmitido de padres a hijos.
Una técnica que no solo moldeaba la piedra, sino también el vínculo con la tierra y la identidad del pueblo.
Para los tlalankannos, para los guerreros nativos y para todas las comunidades que honran su linaje, la obsidiana no es únicamente un material:
es memoria,
es espíritu,
es raíz.
Sostener una pieza como esta es sostener un pedazo de historia viva.
Nos recuerda que somos parte de una cadena que no se rompe, que la fuerza de los ancestros nos acompaña, y que su sabiduría sigue presente en cada piedra, cada ritual y cada legado cultural.
En tiempos donde la modernidad intenta borrar lo antiguo, estas piezas nos llaman a mirar hacia atrás, a honrar lo que somos y a caminar hacia adelante con orgullo, con fuego interior y con la guía de aquellos que, a través de la obsidiana, aún nos observan.
Somos raíces profundas.
Somos historia viva.
Somos TLALANKANN.